Mi primer embrujo en The Palomera's Island.
En uno de mis últimos viajes a The Palomera's Island, aquella isla hogar fecunda en patinadas de cocos, pasó algo inusual.
Junto a mi guía turística de siempre, y mi gran amiga Cecita, decidimos visitar a la Gran Mamá Cony para entrevistarla sobre hechizos de amor, al místico Puerto de Toma de Ramos. Ella nos recibió gustosa, a pesar de tratarse de un día triste.
Mamá Cony estaba rodeada de mucha gente que celebraba un ritual de culto a la muerte, al que muchos lugareños le otorgan calidades mágicas para evitar el extraño mal de la escalera, un mal incurable e irremediable que se produce cuando es rechazada una petición por parte de una autoridad de la Isla, y que mucha veces tiene el caracter de maldición.
El aspecto de Mamá Cony era cansado, pero se mantenía sonriente, las isleñas se caracterizan por su buen humor.
Mientras Cecita se dedicó a tratar de descifrar los símbolos que contenía una simple hoja de papel pegada a una puerta, aproveché para preguntarle a Mamá Cony sobre sus místicos y muy populares hechizos de amor, pero su respuesta fue ejemplarizadora. Con una gran carcajada de Mamá Cony, se dio inicio a un extraño pero clarificador acontecimiento, una mujer apareció de la nada y se coló entre la gente que sufría el luto del mal de la escalera, y se dirigió a mi, me saludó, me dio un beso en la mejilla, y luego desapareció. Esto me demostró una vez más la sabiduría de Mamá Cony, los hechizos de amor no son más que una ilusión.
Esa fue la última vez que vi a Mamá Cony en el Puerto de Toma de Ramos, y creo que existe la leyenda de que nunca más volverá a ese Puerto, ya que a las isleñas de su edad se les asciende a la condición de Egresada; pero eso será parte de otro relato.
EXTRACTO DE LA BITÁCORA DE DANIEL.